
Se caracteriza por un patrón de evitación conductual, emocional y cognitivo generalizado que está motivado por la autodesaprobación, la expectativa se rechazo en las relaciones interpersonales y la creencia de que no pueden tolerar las emociones y los pensamientos desagradables. La evitación social y conductual es manifiesta siendo menos obvia y más egosintónica su evitación cognitiva y emocional. La mayoría de las personalidades evitativas son el resultado de la exposición repetida a experiencias de desarrollo que inculcan sentimientos de vergüenza, humillación y poca autoestima.
Grandes sentimientos de inadecuación y creencias muy negativas y devaluadoras respecto a si mismos:
Tienen dificultades a la hora de mostrarse tal y como son ya que son demasiado conscientes de las imperfecciones y defectos que todo ser humano tiene pero que ellos solo perciben como suyos viéndose a sí mismos como inadecuados, inútiles y no dignos de ser queridos y a los demás como seres superiores y perfectos.Para las personalidades evitativas, el precio de la autenticidad y espontáneidad es demasiado elevado. Para escapar del dolor y la angustia que les produce ser quienes creen que son usan mecanismos defensivos tales como:
El embotamiento volviendo difusas sus emociones y percepciones internas.
La evitación, el escape y la distracción.
La fantasia y la imaginación satisfaciendo a través de ellas las necesidades que se sienten incapaces de cubrir en sus vidas.
Temor a no cumplir con las expectativas y decepcionar a los demás:
Tienden a pensar que los demás están pendientes de ellos en todo momento y tan solo el hecho de imaginarse que alguna persona pueda pensar que han fracasado o que no han cumplido con las expectativas es suficiente para que quieran retirarse. Aún es peor la posibilidad de que alguien pieda adoptar una actitud severa hacia ellos y suponer que les juzgan desde una posición de autoridad, ya que entonces, los veredictos son mas poderosos y absolutos en su condena. Ocultan todo aquello que pueda ser considerado como una imperfección o que pueda alimentar comentarios negativos. De hecho, se vuelven hipersensibles a la posibilidad de cometer errores.
Hipersensibilidad a la crítica o evaluación negativa:
Exageran la posibilidad de experimentar evaluaciones negativas, humillaciones y vergüenza limitando el aspecto social de sus vidas y resistiéndose a cualquier cambio que pueda dejarles mas expuestos ante la opinión de los demás como las promociones laborales u otras gratificaciones que ofrece la vida. Pueden sentir grandes deseos de amar y de intimar, asi como de disfrutar mas de la vida o de tener experiencias gratificantes pero se ven a sí mismos como seres tan insignificantes que deben retirarse a su vergonzoso mundo privado en el que al menos pueden estar solos con sus propias insuficiencias sentidas. Los evitadores pueden negarse a si mismos la posesión en general para protegerse contra el dolor de la pérdida o la decepción. La distancia, la pasividad y la posposición garantizan la seguridad, mientras que la confianza y la acción invitan al dolor.
Desconfianza hacia los demás:
Las personalidades evitativas han aprendido a creer a través de experiencias dolorosas que el mundo es frío, humillante y hostil. Suelen anticiparse al desprecio y la falta de respeto de los demás. Han aprendido a estar alerta ante la posible ridiculización y desdén que esperan de los demás. Exite en ellos una batalla entre el afecto y la desconfianza. Desean acercarse a los demás pero no pueden dejar de pensar que este deseo provocará de forma irremediable dolor y desilusión.
Miedo al rechazo y dificultad para intimar con los demás:
Para poder relacionarse con los demás, la persona tiene que estar absolutamente convencida de que va a gustar lo cual es muy difícil de conseguir. Necesita por lo tanto, repetidas demostraciones de reconocimiento, apoyo y atenciones siendo muy difícil ganarse su confianza. La hipervigilancia es un elemento clave, siendo obstervadores con una percepción muy aguda sopesando cada movimiento y expresión de las personas con las que entran en contacto. Son por tanto extremadamente sensibles captando y magnificando sucesos o acciones fortuitas reinterpretándolas como indicaciones de burla y de rechazo.
