¿Por qué elegir una Psicoterapia Integrativa guiada por la Personalidad?

Muchas personas buscan ayuda psicoterapéutica aquejadas de diversos síntomas recurrentes en el tiempo que causan un gran malestar y deterioro significativo en sus vidas, manifestando problemas en el entorno o en la adaptación familiar, social o laboral. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, esto es tan solo la punta del iceberg, una alarma que nos informa de que algo no está funcionando bien en la estructura psíquica del individuo. Y es que la manera en la que los sujetos interpretan, piensan, sienten, se comportan y se relacionan con los demás, en definitiva, su personalidad, puede ser en sí misma disfuncional.

El sentido de los síntomas, sus orígenes y funciones pueden ser muy diferentes de unas personas a otras. Comprender el significado del síntoma es conocer la manera en que todos estos elementos interactúan generando una personalidad patológica generalmente egosintónica , es decir, desapercibida para el individuo que ha aprendido a ser así y no suele ser consciente de cómo ésta puede generar y envolver a sus síntomas.

Nuestra personalidad determina la forma en la que cada uno de nosotros siente, piensa, actúa, se relaciona con los demás, se adapta y afronta las circunstancias.El desarrollo global de la personalidad es consecuencia de múltiples influencias: la genética, el temperamento, la salud, la cultura, las experiencias, etc. pero numerosos estudios determinan que las relaciones interpersonales y, en concreto, los vínculos de apego, constituyen una parte determinante en la construcción neurobiológica e interpersonal de la misma. Los primeros años de vida, incluida la vida intrauterina, son muy importantes en los procesos de desarrollo y la maduración del self. Sin la relación con los otros, no hay capacidad de dar significado a la experiencia interna.

Las relaciones interpersonales nos ayudan a definir quiénes somos y hasta donde llega nuestro espacio vital en relación con el de los demás, así como a ordenar el material interno de forma que tenga un sentido que facilite la integración de las distintas experiencias de vida, incluso las negativas o traumáticas. La forma en la que se han dado los cuidados tempranos, o la falta de ellos, afectan a la maduración cerebral, a la regulación afectiva, a las capacidades cognitivas y a la auto y heterobservación.

El objetivo de este post es justificar una psicoterapia integradora orientada desde la personalidad que ayude al paciente a entender emocional y racionalmente como la misma está en la raíz de sus síntomas y sus dificultades relacionales. Para ello, es imprescindible llevar al individuo de la egosintonía a la conciencia de problema o egodistonía a fin de desarrollar un sentido de sí mismo o self cohesionado y una regulación emocional más adaptativa y funcional que module la rigidez cognitivo- afectiva de sus rasgos de personalidad mejorando su pronóstico y disminuyendo las recidivas en el tiempo de su sintomatología.

El instrumento esencial para ello es la relación terapéutica en donde es necesario que el/la psicoterapeuta entienda la necesidad única que presenta cada paciente a través de la validación, la confrontación empática y la reparación proporcionando la seguridad, los límites y el apoyo que cada persona requiere en su proceso de cambio.

Trabajando en cooperación con el/la paciente, el/la psicoterapeuta puede proporcionarle una nueva experiencia interpersonal constructiva que desafíe sus esquemas relacionales existentes y le ayude a regular sus sistemas de afrontamiento y defensa generadores de síntomas

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